Vuelvo otra vez sobre la aprobación de la Constitución cubana y en este sentido es oficioso señalar que se ha desatado en redes sociales una batalla política a gran escala por el “Sí” (en el caso de las fuerzas revolucionarias) y por el “No” (cuando nos referimos a la oxiurera servil y genuflexa dentro y fuera de Cuba que cumple con los designios de la doctrina anticubana).
Al respecto, (es evidente el lado de la batalla donde me encuentro), conozco y es mi deber difundir que las campañas anticubanas vienen indisolublemente de la mano de intereses de contrarios a los del pueblo, toda vez que nuestra Revolución por su esencia misma es contraria a la ideología imperialista (esta sigue siendo una lucha más ideológica que política) y busca, más que nada, la emancipación del hombre centrando su visión en el desarrollo integral de la persona, esa que pertenece al pueblo y que conforma la nación.
Buscando en Facebook, G+, Linkedin y Twitter he observado cierta tendencia en determinados usuarios a propagar la idea de que el gobierno cubano “no permite el ejercicio de campaña por el “No” intentando establecer una matriz de opinión que trastoca la idea de una democracia imparcial por la imposición de los designios de alguien o de alguna institución en particular (a saber el PCC), con el fin de legitimar una posición doctrinal de cara a las urnas el próximo 24 de febrero. No hay nada más alejado de la realidad si tenemos en cuenta que en Cuba el PCC no es un partido electoral, sino un partido de masas y su función es orientar ideológicamente los esfuerzos del país hacia la construcción de la sociedad socialista… sólo para aclarar.
El problema reside en que los oxiuros enquistados y los de nuevo tipo se han articulado en función de la “venta de liquidación” por el “No” en todos los ámbitos posibles, bajo el pretexto de la “no representación” en la nueva Constitución, cuestión que luego de amañada es incierta, por lo virtualmente imposible que un cubano de una u otra forma no se encuentre representado en positivo y en pos del mejoramiento humano en alguno de los artículos de la Constitución cubana. Esta “no representación” tiene mucho que ver con el interés, la motivación y las convicciones a nivel personal (entiéndase individual) con relación a algún artículo en específico y no en todo el documento, pero se le hace ver al internauta-espectador como si lo fuera, aportando sus argumentos para votar por el “No”. Esto, a pesar de que se disfrace de opiniones personales, responde a la mencionada artera política anticubana.
Tengo a bien señalar lo que decía Fidel sobre el asunto (hace algunos cuantos años atrás) cuando decía que el voto unido es “una estrategia política que está defendiendo una concepción que nos abriga la idea de una democracia realmente justa, lo más perfecta posible, lo más revolucionaria posible”.
Eso precisamente se busca con nuestra campaña comunicacional, la del #YoVotoSí y #NosotrosVotamosSí: preservar, por sobre todas las cosas, al pueblo cubano y a la Revolución (conceptos jamás serán comprendidos por nuestros detractores), al que se deben los servidores públicos, dirigentes, funcionarios y pueblo en general.
Para hacer “contracampaña” sencillamente están los oxiuros porque lo que en primer lugar no les conviene es que seamos “la plata en las raíces de los Andes” como claramente se ve en redes sociales y cuanto espacio dejan huella los revolucionarios.
Reblogueó esto en LA MALA PALABRAy comentado:
#YoVotoSí no es una opción, es la única acción resultante del genuino agradecimiento por todo lo que ha hecho la Revolución en estos 60 años, por poner a Cuba en el mapa mundial, por demostrarle al Imperio que la grandeza de este pueblo está en su gente y no en las riquezas materiales, que pudiendo ser buenos vecinos, por la incapacidad de los gobernantes del Norte, somos un magnífico enemigo que no se rinde ni lo hará jamás. Por todas estas cosas, también, #YoVotoSí
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Seguiremos enfrentando el circo de la task force de trump y para nada son representativos estos agentes asalariados de gobiernos extranjeros, encargados de llevar a cabo la propaganda anticubana. Siempre buscando informar al pueblo y acabar lo antes posibles con todas las opiniones tergiversadoras de nuestra realidad. Somos revolucionarios y estamos con Cuba #YoVotosí
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