Por: Marcos Torres.
Amelia vive en un sexto piso. Su edificio tiene problemas con el elevador desde hace más de tres años por lo que sube y baja a diario por las escaleras para realizar las innumerables tareas de atender su casa y a una hermana mayor enferma. Como tantos otros en estos días sigue minuto a minuto los acontecimientos de la base de supertanqueros de Matanzas.
En una inesperada visita a su casa hoy, me soltó así a quemarropa: «Cuánto daría por estar allí al menos ayudando en algo». En ese momento se me estrujó la vida: Amalia es impedida física, además, y tiene 76 años.
«Lástima que no puedo» me comenta con los ojos aguados y me toma de la mano como añorando el pasado, cuando lo podía todo. «Hoy a las nueve, yo voy a estar allá con ellos aunque sea un momentico. Yo voy a aplaudir con el corazón».
Me abraza y llora. Sobran palabras.
Las Torres de Marcos 